25 feb 2016

Apóstol San Juan


JUAN EL APOSTOL


Uno de los Doce Apóstoles del Nuevo Testamento. Sus padres eran Zebedeo y Salomé; y su hermano, Santiago el Mayor. Formaban una familia acomodada de pescadores que, al conocer al Señor, no dudan en ponerse a su total disposición. Juan y Santiago, en respuesta a la llamada de Jesús, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron. Salomé, la madre, siguió también a Jesús, sirviéndole con sus bienes en Galilea y Jerusalén, y acompañándole hasta el Calvario.


Junto con Pedro, San Juan recibió del Señor particulares muestras de amistad y de confianza. El Evangelista se cita discretamente a sí mismo como el discípulo a quien Jesús amaba. Ello nos indica que Jesús le tuvo un especial afecto. Así, ha dejado constancia de que, en el momento solemne de la Ultima Cena, cuando Jesús les anuncia la traición de uno de ellos, no duda en preguntar al Señor, apoyando la cabeza sobre su pecho, quién iba a ser el traidor.
La suprema expresión de confianza en el discípulo amado tiene lugar cuando, desde la Cruz, el Señor le hace entrega del amor más grande que tuvo en la tierra: su santísima Madre. Si fue trascendental en la vida de Juan el momento en que Jesús le llamó para que le siguiera, dejando todas las cosas, ahora, en el Calvario, tiene el encargo más delicado y entrañable: cuidar de la Madre de Dios.


 Recibió el llamamiento de discípulo de Jesucristo. Escribió el Evangelio según Juan, tres epístolas y el libro de El Apocalipsis. 


El emperador Dominiciano quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar en una olla de aceite hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había entrado, siendo desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis. Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio.

A San Juan Evangelista se le representa con un águila al lado, como símbolo de la elevada espiritualidad que transmite con sus escritos. Ningún otro libro tiene tan elevados pensamientos como su Evangelio.

Según señala San Jerónimo cuando San Juan era ya muy anciano se hacía llevar a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era esto: "hermanos, ámense los unos a otros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre lo mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura". San Epifanio señaló que San Juan murió hacia el año 100 a los 94 años de edad.





Trabajo realizado por : Victor Moreno Mariscal

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