Patriarca Abraham

LOS PATRIARCAS

¿Qué es un patriarca?
Un patriarca es un padre o jefe de una familia.
Los patriarcas que se mencionan  en las Escrituras fueron los fundadores de la raza y  de la religión judía. Nombre dado a algunas personas del  Antiguo Testamento que tuvieron muchos descendientes.

¿Quiénes son los patriarcas?

Los doce patriarcas son: Abraham, Isaac, Jacob, Rubén, Judá, Leví, Zabulón, José, Noe, Raquel, Labón y Ismael.

Nacimiento y muerte de Abraham:
Nació: en Ur de Caldea en unos 2266 años a.C.
Murió: en Hebrón a los 175 años.

Nacionalidad:    Ur de Caldea.

Familia:

Con su esclava Agar un hijo llamado: Ismael.

Con una de sus mujeres Sara un hijo llamado: Isaac.

Con su otra mujer Cetura tuvo 8 hijos llamados: Zimram, Jocsan, Medán, Madian, Isbac y Súa.

¿Qué hizo?

Abraham fue el padre de Ismael y Isaac considerándosele según la tradición bíblica ser el fundador del judaísmo. Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo doce hijos que fueron los doces tribus de Israel.
Dios realizó con él la Alianza, prometiéndole la tierra de Caraán para él y para sus descendientes, que serían tan numerosos “como el polvo de la tierra”. Su esposa Sara no había concebido hijos hasta entonces, pero Abraham tuvo un hijo Ismael de Agar, esclava de Sara. Poco después le volvió a visitar Dios en Mamré y le prometió un hijo de la propia Sara. Ella se rió al oírlo, puesto que tenía ya noventa años, pero Dios cumplió su promesa y Abraham fue padre de Isaac. Tenía entonces cien años. Agar fue espulsada de la casa y marchó con su hijo Ismael al desierto, donde se instalaron.
Ya Abraham en Palestina logró confirmar su alianza con el Dios único haciendo una especie de contrato que tuvo grandes consecuencias para la humanidad. Abraham creyó poder pactar con Dios aceptando la obligación de circuncidarse y recibiendo, en cambio, la posesión a perpetuidad de la Palestina.

Los profetas, sucediéndose unos a otros a través del tiempo, protagonizan la evolución de la religión israelita, desarrollando la alianza sagrada iniciada por Abraham y Moisés y anunciando la llegada de un Mesías: de ahí su carácter “profetico”, pues anticipan  lo que va a suceder.

La predicación profética toma un carácter moralizador ante las costumbres.

La predicación profética toma un carácter político: una desviación colectiva del pueblo elegido, de la que se responsabiliza a reyes y sacerdotes, es la causa de la desgracia.
La predicación profética tiene un elevado sentido religioso.